A veces, que el MAC te diga “you are run out of memory” te obliga a realizar un ejercicio que, a menudo, sería interesante realizar de forma periódica.
Tiempo á, cuando aún no existía lo que hoy parece imposible de imaginar un día sin (hablamos de las redes sociales) marcas, empresas, productos… realizábamos sesiones de fotos para crear Dossiers de Empresa, Campañas de Temporada, Catálogos,…
Las fotos eran importantes así como la historia que contaban.
Con la llegada de las redes sociales y las polémicas influencers, imaginé que la imagen, la fotografía, el storytelling, sería clave.
Todo a ido muy deprisa. Todo parece pasar actualmente a la velocidad de la luz. Pero cuando uno se para a ver qué estamos haciendo y, en mi caso hoy, por casualidad, puedo ver lo que hacíamos, no sé en que punto nos hemos perdido.
Porque NO es cuestión de presupuesto. ¿recordáis lo que costaba hace años una sesión de fotografía? ¿qué costaba una web? ¿propuestas de diseño gráfico?
Hoy en día, para bien o para mal – esto ya es debate para otro post – tenemos webs a precios de derribo, sesiones de fotos a precios nunca vistos y, aun así, marcas y empresas nos hemos convertido en “fotógrafos por un día” e incluso nos atrevemos a realizar esas fotografías con el móvil!
No sé como a pasado. No sé qué ha pasado. Pero, como diría un muy buen amigo “no es bien”.
En la era de la comunicación digital, de medios digitales, de imagen, ¿no debería ser esta parte, la fotografía, la creación de campañas con una historia, con un mensaje, con contenido,… un básico imprescindible?
Con todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición, con la capacidad de crear infinidad de divertidas y originales campañas con video, con dibujo, con realidad virtual, con todo lo que se os pueda ocurrir, me he encontrado echando de menos esas sesiones de brainstorming en las que incluso llegamos a poner banda sonora a un zapato…